“Educar no es inculcar” |
La semana pasada nos
dejó con el saldo indicado arriba.
Sí. Íbamos a escribir
sobre el muy conmemorado hecho de que Paulo Freire, el gran educador, cumpliría
este año cien años de nacido. Éste brasileño con el tiempo se convirtió en un
referente fundamental para muchos educadores ambientales.
El duelo
Una de sus consecuentes
seguidoras fue mi amiga María Eugenia Egui, caraqueña, luchadora de la
Parroquia La Pastora del Distrito Capital. Fue una de las grandes impulsoras
del programa PAS (Participamos por un Ambiente Sano), uno de los principales
proyectos de Educación Ambiental que he impulsado en mi vida a través de la
organización Geografía Viva. Seguramente su nombre aún esté retenido en
personas que hayan pasado por planteles del centro de Caracas. Particularmente
la Escuela Distrital “Bolívar” donde ella, con niños, niñas, personal del
plantel y apoyo de estudiantado del Institutito Universitario de Artes
Plásticas Armando Reverón, de su profesorado y del Instituto de Patrimonio Cultural,
logramos paralizar la construcción de un terminal de busetas que afectaría el
patrimonio cultural de Caño Amarillo.
Los niños y las niñas fueron los líderes, contagiaron a todo el mundo.
Por supuesto a sus respectivos padres y representantes. María Eugenia fue la
gran protagonista insinuadora de toda aquella genial movilización. Ella no
lideró, solo motivó. Pero la motivación fue tan tremenda que los niños y niñas
llegaron a meterse en el propio despacho del Alcalde Antonio Ledezma. Esto fue
en 1998, las circunstancias de la República eran muy diferentes a las de hoy y
se paralizó la construcción a pesar de haber sido ya aprobada por el Concejo
Municipal.
María Eugenia estuvo
atrás de todo esto, ella tenía una energía contagiosa, esa fue su principal
fuerza toda la vida.
María Eugenia estudió
mucho las obras de mi padre, Mario Kaplún, de línea muy cercana a Paulo
Freire. Pensé entonces que en cierto
modo escribir unas líneas sobre el pensamiento freiriano respecto al campo
ambiental sería al mismo tiempo un homenaje a ella. Mi amiga falleció el martes
pasado en Caracas. Fue una muerte temprana. Adiós luchadora incansable. Tu
recuerdo estará en nuestros corazones siempre.
Las sabias declaraciones.
Dedicado como está hoy
este artículo a la Educación Ambiental debo resaltar otro hecho de esta semana.
Y es que otro amigo muy cercano, Jorge Padrón, un referente del movimiento
ecologista venezolano y coordinador de la ONG “Chunikai”[i] lanzó una sabia frase como
parte de una amplia entrevista concedida al medio virtual Contrapunto: Dijo:
“Todos los políticos venezolanos necesitan Alfabetización Ambiental”[ii] Y es bien cierto: en los
diálogos de México se debate el futuro del país: pero si se ponen sobre la mesa
algún tema ambiental no es por su importancia como tal sino por ser de gran
presencia mediática.
Freire y la Educación Ambiental (el centenario).
Bien, vaya ahora lo
recopilado sobre Paulo Freire y su pensamiento ecologista. Hay centenares de
trabajos sobre esta materia, sin embargo, para el artículo de hoy nos gustaron
citas de Humberto Calloni[iii].
El brasileño destaca que “la ecología gana una importancia fundamental en este fin de siglo XX. Ella tiene que estar presente en cualquier práctica educativa de carácter social, crítico y liberador”. destaca que “la ecología gana una importancia fundamental en este fin de siglo. Ella tiene que estar presente en cualquier práctica educativa de carácter social, crítico y liberador”. Además, en Freire se percibe la emancipación como el acercamiento a ese concepto de “ecología, exactamente por adquirir la comprensión de que los procesos naturales interfieren objetivamente en las esferas subjetivas de la conciencia humana y ésta, a su vez, en las instancias objetivas de la naturaleza. Cuando Freire afirma que ‘urge que asumamos el deber de luchar por los principios éticos más fundamentales como el respeto a la vida de los seres humanos, a la vida de otros animales, a la vida de los pájaros, a la vida de los ríos y bosques” (FREIRE) él quiere enfatizar exactamente la co-pertenencia a aquello que Capra denomina la ‘tela de la vida’, esto es, la percepción de que la característica de la ética ecologista reside justamente en la urgencia necesaria de que redimensionemos nuestros valores, ya no más a partir de una concepción antropocéntrica, sino de ‘una visión de mundo que reconoce el valor inherente de la vida no humana” (Capra).
“Amar al mundo según
Freire, preside nuestra capacidad de amarnos y corresponsabilizarnos por la
casa común, la Tierra. La frase de Freire sintetiza de manera magistral su amor
por todo lo que es natural. Por lo que es de la Vida”.
“A pesar de que el
término Ecología aparece solamente en sus últimos escritos, lo cierto es que la
praxis ecológica humana podría ser el otro nombre de la inmensa producción
intelectual relativa al ideario político-pedagógico freiriano. Probablemente
sea ese el sentido que caracteriza a la “eco pedagogía” a la que Moacir Gadotti
hace referencia en sus obras y que vuelve a enfatizar en la Presentación a la
cuarta edición brasileña de Ecopedagogia e cidadania planetária, de Francisco
Gutiérrez, esto es, como ‘una pedagogía que promueve el aprendizaje del sentido
de las cosas a partir de la vida cotidiana’ (Gadotti en la obra Gutiérrez).
Para el autor de Pedagogia da terra, Paulo Freire ‘puede ser considerado uno de
los inspiradores de la ecopedagogia con su método de aprendizaje a partir de lo
cotidiano. Son principios fundamentales de la pedagogía freiriana” (Gadotti).
“Podemos entender tanto
la Ecología Profunda como la amorosidad presente en el legado freiriano como
elementos significativos sintónicos con el pensamiento de la complejidad, donde
“la conciencia ecológica se profundiza en conciencia eco -antropológica; se
desarrolla como conciencia política en la toma de conciencia de que la
desorganización de la naturaleza suscita el problema de la organización de la
sociedad”. Siendo así que la conciencia eco-política puede llevar a muy
diversas acciones (individuales y colectivas) en pro del cambio que los
ambientalistas propugnamos.
“Sin querer polemizar
sobre las muchas y variadas vertientes que cohabitan en el concepto de
ecología, sean ellas sensatas, sensacionalistas, a lo largo de las últimas
décadas del siglo pasado”, Calloni destaca las concepciones del filósofo “Sírio López Velasco”, las cuales se
“revelan (…) en el ideal freiriano, en el sentido de una inserción y
transformación de la realidad antropológica social consustanciada en el trabajo
permanente de rescate de la dignidad del sujeto/individuo. Todo ser oprimido
puede y debe ser más al entender que sus situaciones límites son desafíos que
demandan la solidaridad amorosa de los seres humanos comprometidos con un ideal
de vida y de mundo, de insospechable eticidad y de comprobada radicalidad en la
transformación socio-político-cultural, a fin de que la autonomía del sujeto
sea la verdadera bandera erguida por el asta de la auténtica realización de la
humanización del humano”
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