Un cordial saludo a los amigos y amigas que nos escuchan, soy Soraya Medina, el tema que le quiero compartir hoy es:
Puentes afectivos necesarios entre la escuela y la familia.
La familia es el primer y principal espacio educativo. Es allí en el hogar donde se aprende todo lo que necesitamos para la Vida. Cuando se inicia la escuela comenzamos a socializar estos aprendizajes. Vamos comparando los comportamientos y actitudes ante diferentes situaciones en las relaciones con los otros. La escuela va aportando no sólo los aspectos cognitivos, sino fundamentalmente la posibilidad de afianzar o rechazar lo aprendido en el hogar, este intercambio va contribuyendo a construir el mundo emocional-afectivo de cada persona, sin el cual los aspectos racionales o intelectuales se dificultan comprender. La escuela quiera o no tiene un papel fundamental en la educación emocional del ser humano, aun cuando no lo haga explícito. De allí la importancia de tender el puente entre la familia y la escuela para lograr una formación integral del ser humano donde el desarrollo emocional afectivo es fundamental.
No es sólo con una escuela para padres que los profesores pueden integrar a las familias en los procesos educativos, de hecho en muchos lugares del mundo las escuelas de padres no han tenido el éxito esperado. La integración familia-escuela debe iniciarse con una actitud abierta para comprender las diferentes situaciones familiares, sin juicio. Es decir, no vamos a lograr el cambio deseado cuando se critica a los padres de aquellos chicos que tienen mal comportamiento, o se discrimina a quienes se considera que no está cumpliendo bien su papel de padre o madre y creemos que somos nosotros, los profesores, quienes le vamos a decir a los padres y madres cómo hacerlo.
El tema es más profundo aun, pues cuando los profesores tienen conflicto con sus propios padres, se les dificulta tener una relación afectiva y respetuosa con los padres y madres de sus alumnos, especialmente con aquellos que tienen un comportamiento inadecuado. De allí la importancia de que los profesores tengan formación y apertura necesaria para manejar de forma asertiva los diferentes comportamientos de sus alumnos y mantener una comunicación fluida con los familiares, desde una actitud abierta a comprender y escuchar.
Una forma práctica de integrar a la familia al proceso educativo es tenerla siempre presente en las conversaciones con los alumnos, relacionar los contenidos programáticos con aspectos cotidianos vividos en el hogar, valorar las historias de vida de los estudiantes, respetar las diferencias en cada familia al momento de investigar acerca del árbol genealógico, tratar de comprender las relaciones humanas y de convivencia que viven los alumnos en sus hogares y por su puesto mantener una comunicación abierta y de cooperación mutua. “Cuando un alumno siente que el profesor valora y respeta a su familia su autoestima es alta”.
Espero que estas reflexiones puedan ser de utilidad para cada persona que nos escucha, especialmente a los profesores, padres y madres quienes tienen la gran responsabilidad de educar.
Les deseo un hermoso día y hasta un próximo compartir educativo.
Habló para ustedes Soraya Medina.
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